Ordenar bien el frigorífico no solo ayuda a mantener los alimentos frescos por más tiempo, sino que también evita contaminaciones y mejora la calidad nutricional de los productos que consumimos. En este artículo, vamos a explicarte cómo organizar tu nevera de manera eficiente para conservar mejor los alimentos.
Principios básicos para organizar el frigorífico
A la hora de almacenar los alimentos en la nevera, debemos considerar tres aspectos fundamentales:
Temperatura: El aire frío es más pesado que el caliente, por lo que la parte inferior del frigorífico siempre será la más fría.
Contaminación microbiológica: Un mal almacenamiento puede propiciar el crecimiento de bacterias perjudiciales.
Contaminación cruzada: Ocurre cuando los líquidos de un alimento contaminado entran en contacto con otro alimento.
Distribución ideal dentro del frigorífico
Zona inferior: Carnes y pescados
Los alimentos más perecederos, como carnes y pescados, deben almacenarse en la zona más fría del frigorífico (parte inferior). Es recomendable guardarlos en envases herméticos o tapers para evitar que sus jugos contaminen otros alimentos.
Zona media: Lácteos y huevos
En la zona intermedia, podemos colocar productos como leche, yogures, quesos y embutidos. Los huevos, aunque a menudo se guardan en la puerta, es mejor mantenerlos dentro del frigorífico en su envase original para evitar la humedad y cambios bruscos de temperatura.
Zona superior: Alimentos ya preparados
Platos cocinados y alimentos listos para consumir deben colocarse en la parte superior del frigorífico, donde la temperatura es más estable.
Cajones inferiores: Frutas y verduras
Los cajones inferiores están diseñados para mantener la humedad y temperatura adecuadas para frutas y verduras. Es recomendable separar las frutas climatéricas (como manzanas o plátanos, que siguen madurando) de las no climatéricas (como naranjas o fresas, que no maduran después de la recolección).
La puerta: Bebidas y condimentos
La puerta del frigorífico es la zona con más fluctuación de temperatura, por lo que solo debería utilizarse para almacenar bebidas, salsas y otros productos que no sean altamente perecederos.
Consejos adicionales
Descongelación segura: Para descongelar carnes o pescados, colócalos en la zona más fría y dentro de un recipiente hermético para evitar goteos.
No sobrecargar la nevera: Un frigorífico demasiado lleno impide la correcta circulación del aire, lo que puede afectar la conservación de los alimentos.
Evitar la humedad en frutas y verduras: Envolver verduras de hoja verde en papel absorbente puede ayudar a prolongar su frescura.
Utiliza envases transparentes: Guardar los alimentos en recipientes transparentes permite ver su contenido con facilidad, evitando que se olviden y terminen desperdiciados.
Etiqueta los alimentos: Coloca etiquetas con la fecha de compra o caducidad en los alimentos para consumir primero los que llevan más tiempo almacenados.
Limpieza regular: Limpia el frigorífico al menos una vez al mes para eliminar residuos y bacterias.
Siguiendo estos consejos, no solo mantendrás tus alimentos frescos por más tiempo, sino que también reducirás el desperdicio y mejorarás tu alimentación. ¡Organiza tu frigorífico y come mejor!